Veintidós.

Y siento como sus dedos recorren mi espalda, como sus suspiros consiguen ponerme la piel de gallina hasta el punto que cada pelo de mi cuerpo esta de punta, luego paso a notar un pequeño cosquilleo por el oblicuo mayor, en ese instante pierdo el norte y se me olvida todo. Tienes sus pequeñas manías como por ejemplo tener la cama hecha de cierta manera, tener la necesidad de hacerme saber que siempre estará allí y que nunca me dejará caer, morderse las uñas hasta que en los dedos sólo se ve piel, tiene muchísimas manías pero ninguna más importante que la otra. Pero que suerte la mía de tenerle a él, que todos esos besos sean para mi, que cada sonrisa me haga perder el norte porque en verdad, cuando sonríe os juro que no hay nada más bonito. Poneros en mi lugar,¿como no iba a quererle? ¿como no iba a perdonarle todo lo malo si con cinco segundos me da transmite más felicidad y amor de la que me han transmitido en toda mi vida?
Que todos tenemos nuestro lado bueno y nuestro lado malo, pero, después de dieciséis meses sigo sin entender como es capaz de ver mi lado malo como algo bueno cuando realmente no es eso. Supongo que todos tenemos nuestro pasado y nuestras cicatrices, pero desde luego también es cierto cuando dicen que si realmente te quieren aceptan toda la mierda que eso conlleva, supongo que mi suerte ya es algo inexplicable si me he encontrado con alguien que es capaz de aceptarme a mi y todo lo que eso conlleva.
Así que, cariño mío, ¿como no iba a quedarme contigo si has sabido aceptar todo lo bueno y todo lo malo de mi? ¿como no iba a quedarme contigo si cada día me das cien motivos para quererte aún más? ¿como no iba a quedarme contigo si desde que has llegado no he dejado de sonreír? ¿como no iba a quedarme contigo..? O mejor dicho, ¿como has podido pensar alguna vez que te dejaría ir?